*Su dueño fue Don Manuel Madeira, apodado "El Portugués", quien se dedicó a tareas comerciales.
*Su particular disposición en la traza urbana, sin un registro preciso de la limitación de la propiedad, avanza sobre el espacio de la calle, generando un espacio de notable singularidad.
*De antiguedad similar a la Iglesia.
*A una cuadra del Antiguo Camino Real (hoy calle Santa Rosa)
*En esa época las escrituras de tierras llevaban la inscripción "¡Viva la Santa Federación!, ¡Mueran los Salvajes Unitarios!"
*Alguna vez un fabricante de ladrillos de la zona costera santafesina expresó:"...en esa casa estuvo descansando el Brigadier López, cuando desde San José del Rincón, los blandengues y las milicias rinconeras impedían el ingreso de los invasores unitarios y de los aborígenes...".
*Y ahí cerquita, según la tradición oral el célebre cacique Mateo El Grande fue muerto por rinconeros en 1820. Había mantenido en jaque a la ciudad de Santa Fe y al mismo Brigadier López durante años.
(p.51, El Paisaje Costero en S. J. del Rincón -Otros vestigios coloniales- Zarza; Graciela y González; Clelia).

viernes, 2 de mayo de 2014

3 de Mayo: La fiesta y devoción de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Santa Fe

"... Estamos en febrero, el calor es intenso, el cielo resplandece; los pastos quemados por el sol presentan manchas amarillas que dejan ver el suelo de tonos rojizos. Nos aprestamos para concurrir a la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, que se celebra todos los años en un mismo día.
La peregrinación es muy renombrada y los devotos invocan a la virgen por los motivos más diversos. Una promesa a la Virgen de Guadalupe tiene eficacia para cantidad de cosas... Y la Virgen de Guadalupe a todos escucha y a todos ayuda. Por eso es grande su reputación.
Pero vive un poco lejos, y el día de la fiesta es menester procurarse vehículos a cualquier precio. La gente joven, de uno y otro sexo, hace el viaje a caballo, rivalizando en gallardía y destreza ecuestres. En esa ocasión puede verse en el camino de Guadalupe a todas las niñas de la ciudad ataviadas con trajes ligeros, el velillo atado a la cabeza, bonitas y graciosas más que devotas... Todavía son más pintorescas las altas carretas, de enormes ruedas de maderas arrastradas a paso tardo por seis bueyes magníficos.
El camino de Guadalupe se llena con esta multitud pintoresca y abigarrada. Todos hablan, gritan, ríen, se interrogan y se responden con esa verba intencionada, fácil y jovial... No tardamos en llegar al término del viaje, la Capilla.
Esta capilla se muestra deliciosa bajo el azul radiante del cielo, con sus muros blancos, su torre cuadrada y el portal, coronado por una cupulita árabe de estilo entre cristiano y morisco. La circunda una galería sostenida por pilares de algarrobo, tallados caprichosamente. En el atrio se levanta una altísima palmera, de las más bellas que he visto en el país. Hay algunos naranjos de un verde sombrío, que contrasta con el color blanco de la iglesia y el fondo azul inalterable de la escena.
La multitud de peregrinos invade pronto las cercanías de la iglesia. Nosotros entramos a la capilla. Está decorada al modo de las iglesias españolas del siglo XVIII..."

Lina Beck Bernard.
Cinco años en la Confederación Argentina (1857-1862).
El Ateneo. - Buenos Aires. 1935.


A una legua al norte de la ciudad de Santa Fe, la familia de los Setúbal poseía unas tierras. En ellas sus sentimientos piadosos hicieron levantar un pequeño oratorio dedicado a la Virgen de las Mercedes. No es extraño: se la venera mucho en la ciudad en el convento de los Mercedarios y además los santafesinos antiguos la tenían como protectora contra las plagas.
Mediando el siglo XVIII un sacerdote mercedario, el Padre D. Miguel Sánchez, revisando papeles en la biblioteca de su convento (hoy es la esquina de 9 de Julio y Gral. López), encuentra una lámina de la Virgen de Guadalupe que se venera en México. Era su particular devoción, por eso la retira y según la tradición sale de los claustros para adquirir un marco para la misma. Ese marco de madera tallada se lo ofrece en la puerta del convento una mujer de pobre aspecto. Como es exactamente lo que necesita lo compra y allí coloca la imagen.
Se trata de una lámina del tamaño de una hoja de un libro. Unos 20 cms. por 15 cms., que se conserva en la Basílica. De ella podríamos apuntar que, siendo muy semejante a la mexicana, sin embargo no es la misma. Su tez es blanca; su porte difiere de la del Tepeyac.
Su admiración no terminó allí, sino que la llevó al oratorio de los Setúbal. A partir de entonces la veneración por Nuestra Señora de Guadalupe se expresa públicamente en Santa Fe.
La imagen que dio origen a la devoción guadalupana en Santa Fe, y que actualmente se guarda como reliquia, fue traída por el Padre Sánchez al oratorio de los Setúbal, recibió el cariño de sus hijos desde 1747. Presidió la capilla edificada por Javier de la Rosa hasta el último cuarto del siglo XIX. Hoy se la venera en una hermosa talla de madera, que básicamente es una Inmaculada española (1880).

Texto Revista de la Basílica de Guadalupe
En Santa Fe Antiguo Tiempo y Memoria – Tomo I
Santa Fe, abril de 2008


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