*Su dueño fue Don Manuel Madeira, apodado "El Portugués", quien se dedicó a tareas comerciales.
*Su particular disposición en la traza urbana, sin un registro preciso de la limitación de la propiedad, avanza sobre el espacio de la calle, generando un espacio de notable singularidad.
*De antiguedad similar a la Iglesia.
*A una cuadra del Antiguo Camino Real (hoy calle Santa Rosa)
*En esa época las escrituras de tierras llevaban la inscripción "¡Viva la Santa Federación!, ¡Mueran los Salvajes Unitarios!"
*Alguna vez un fabricante de ladrillos de la zona costera santafesina expresó:"...en esa casa estuvo descansando el Brigadier López, cuando desde San José del Rincón, los blandengues y las milicias rinconeras impedían el ingreso de los invasores unitarios y de los aborígenes...".
*Y ahí cerquita, según la tradición oral el célebre cacique Mateo El Grande fue muerto por rinconeros en 1820. Había mantenido en jaque a la ciudad de Santa Fe y al mismo Brigadier López durante años.
(p.51, El Paisaje Costero en S. J. del Rincón -Otros vestigios coloniales- Zarza; Graciela y González; Clelia).

sábado, 9 de noviembre de 2013

PREPARÁNDONOS PARA EL DÍA DE LA TRADICIÓN (10 de noviembre), les regalo "EL PRIMER POEMA GAUCHESCO" (anterior al Martín Fierro).- El autor del poema mencionado se llamaba: Juan Baltazar Maciel y era oriundo de Santa Fe,

http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/gauchesca/guaso/guaso.html
Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo Señor Don Pedro de Cevallos
Aquí me pongo a cantar
abajo de aquestas talas,
del maior guaina del mundo
los triunfos y las gazañas,
del Señor de Cabezon,
que por fuerza es camarada
de los guapos Cabezones
que nada tienen de mandrias.
Hé de puja, el caballero
y bien vaia toda su alma
que a los portugueses jaques
ha zurrado la badana.
Como a ovejas los ha arriado
y repartido en las pampas
donde con guampas y lazo
sean de nuestra lechigada.
De balde eran, mis germanos,
sus cacareos y bravatas,
si al columbrar a Ceballos
[........................................]
No lo ha hecho así el come gente
o más aina come vacas,
vuestro don Pinto Bandeira
salteador de la otra Banda,
que allá por sus andurriales
y siempre de disparada,
huyendo como avestruz,
aun se deja atrás la gama.
Ya de Santa Catalina
las batatas y naranjas
no les darán en el pico
aunque más griten, chicharras.
Su Colonia, ras con ras,
dis que queda con la playa
y en ella quando la dha
harán de azulejos casa?
Perdone, Señor Ceballos,
mi vena silvestre y guasa,
que las germanas de Apolo
no habitan en las campañas. 
El primer poema. Allá por 1777 se escribía por primera vez un poema gauchesco cuyo título, que seguramente nos parecerá excesivamente largo, era el siguiente: Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del excelentísimo señor Don Pedro de Cevallos. Se debe aquí aclarar que el término “guaso”, al igual que “gauderio” o “camilucho”, designaba, por entonces, al hombre rural de nuestras pampas, el que luego se llamaría “gaucho”.
El autor del poema mencionado se llamaba: Juan Baltazar Maciel y era oriundo de Santa Fe, nacido el 8 de setiembre de 1727. Graduado de doctor en Teología y Derecho, se ordenó sacerdote.
En 1772 fue nombrado rector de la Escuela de Gramática y en 1783, del Colegio de San Carlos; seis años antes había escrito el poema que nos ocupa, dedicado al progresista virrey Pedro Antonio de Cevallos, que gobernó estas tierras entre los años 1776 y 1777.
Predecesores. A mediados del siglo siguiente comienzan a aparecer trabajos varios de este estilo, culminando con la mayor obra, que fue el: Martín Fierro, publicada en el año 1872, escrita por un poeta, periodista y soldado: José Hernández; nacido en el 10 de noviembre del año 1834, y fallecido en 1886; y que fuera completada en 1876 con una segunda parte: La Vuelta de Martín Fierro.
Entre los predecesores a la obra que nos ocupa podemos mencionar a Hilario Ascasubi, nacido en la provincia de Córdoba en el año 1807, y fallecido en Buenos Aires en 1875, autor de: Paulino Lucero y Aniceto el Pollo, donde utiliza el lenguaje de las pampas; pero su mayor obra fue sin dudas: Santos Vega o Los Mellizos de La Flor, poema basado en el personaje homónimo, y un cuadro de la pampa y sus gauchos a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
(Texto extraído de "Pintando Estancias Gral. Madariaga")




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