*Su dueño fue Don Manuel Madeira, apodado "El Portugués", quien se dedicó a tareas comerciales.
*Su particular disposición en la traza urbana, sin un registro preciso de la limitación de la propiedad, avanza sobre el espacio de la calle, generando un espacio de notable singularidad.
*De antiguedad similar a la Iglesia.
*A una cuadra del Antiguo Camino Real (hoy calle Santa Rosa)
*En esa época las escrituras de tierras llevaban la inscripción "¡Viva la Santa Federación!, ¡Mueran los Salvajes Unitarios!"
*Alguna vez un fabricante de ladrillos de la zona costera santafesina expresó:"...en esa casa estuvo descansando el Brigadier López, cuando desde San José del Rincón, los blandengues y las milicias rinconeras impedían el ingreso de los invasores unitarios y de los aborígenes...".
*Y ahí cerquita, según la tradición oral el célebre cacique Mateo El Grande fue muerto por rinconeros en 1820. Había mantenido en jaque a la ciudad de Santa Fe y al mismo Brigadier López durante años.
(p.51, El Paisaje Costero en S. J. del Rincón -Otros vestigios coloniales- Zarza; Graciela y González; Clelia).

jueves, 27 de febrero de 2014

27 de Febrero de 1812 Se enarbola la bandera por 1ª vez


Sobre las barrancas del Río Paraná se enarbola, por primera vez, la bandera nacional.
Con el objetivo de proteger las costas del río Paraná de las incursiones de los ejércitos realistas, el gobierno porteño ordenó que se fortificara la villa del Rosario con dos baterías y envió al General Manuel Belgrano con su Regimiento Nº 5 para defenderlas.
En ocasión de la inauguración de estas baterías, el General Belgrano ordenó instalar una bandera que debía tener los mismos colores que la escarapela: celeste y blanca. 
Fuente foto: GCBA.

Datos Curiosos

Fermín Arenas Luque, en Efemérides Argentinas, describe la siguiente escena:
“El Gral. Don Manuel Belgrano recorrió la línea a caballo. Se detuvo y saludó con la espada y exclamó: ‘Soldados de la patria, aquí hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional; allí –señalando a la batería Independencia- nuestras armas aumentarán sus glorias. Juremos vencer a nuestros enemigos, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad’. Los soldados contestaron con un prolongado ‘¡Viva la patria!’, y dirigiéndose enseguida a un oficial que estaba a la cabeza de su piquete, le dijo: ‘¡Señor Capitán y tropa destinada por primera vez a la batería Independencia, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer!’ Las tropas ocuparon sus puestos de combate. Eran las seis y media de la tarde. En aquel momento se enarboló en ambas baterías la bandera azul y blanca… Su ascensión fue saludada con una salva de artillería.”


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