*Su dueño fue Don Manuel Madeira, apodado "El Portugués", quien se dedicó a tareas comerciales.
*Su particular disposición en la traza urbana, sin un registro preciso de la limitación de la propiedad, avanza sobre el espacio de la calle, generando un espacio de notable singularidad.
*De antiguedad similar a la Iglesia.
*A una cuadra del Antiguo Camino Real (hoy calle Santa Rosa)
*En esa época las escrituras de tierras llevaban la inscripción "¡Viva la Santa Federación!, ¡Mueran los Salvajes Unitarios!"
*Alguna vez un fabricante de ladrillos de la zona costera santafesina expresó:"...en esa casa estuvo descansando el Brigadier López, cuando desde San José del Rincón, los blandengues y las milicias rinconeras impedían el ingreso de los invasores unitarios y de los aborígenes...".
*Y ahí cerquita, según la tradición oral el célebre cacique Mateo El Grande fue muerto por rinconeros en 1820. Había mantenido en jaque a la ciudad de Santa Fe y al mismo Brigadier López durante años.
(p.51, El Paisaje Costero en S. J. del Rincón -Otros vestigios coloniales- Zarza; Graciela y González; Clelia).

lunes, 7 de octubre de 2013

Manuel Belgrano en su paso por Santa Fe

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/10/07/opinion/OPIN-02.html
Retrato de Manuel Belgrano, pintado en Londres en 1815, probablemente por Francois Casimir Carbonier. 
La expedición, proveniente de San Nicolás el 1º de octubre estaba en Santo Tomé para luego entrar a Santa Fe, atravesando caminos en pésimo estado y con la caballería en condiciones desfavorables. La noticia de la proximidad del ejército de Belgrano quebró la calma habitual de la tranquila Santa Fe.
A su llegada, trató de evitar toda recepción, con esa modestia que es otra de sus grandes virtudes. Pero a pesar de ello y de las inclemencias del tiempo, la población volcada en las calles, tributó al ilustre visitante, un extraordinario recibimiento. Tal es así, que él mismo destaca en su carta al presidente de la Primera Junta que “a pesar de ser noche oscura y haber mucho barro, oyó vivas y aclamaciones del pueblo.
Los principales vecinos se reunieron en el Cabildo con el gobernador, resolviendo ir en busca del General y ofrecerle alojamiento acorde al alto grado que envestía, pero Belgrano rehusó el mismo.
“Estoy alojado, dice en su comunicación a Saavedra, en el convento de Santo Domingo, determinación que tomé para no causar gastos a ningún particular. El padre Fray Isidro Guerra y el fray José Grela, me hacen todo el honor y el servicio posible”.

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