El primer poema. Allá por 1777 se escribía por primera vez un poema gauchesco cuyo título, que seguramente nos parecerá excesivamente largo, era el siguiente: Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del excelentísimo señor Don Pedro de Cevallos. Se debe aquí aclarar que el término “guaso”, al igual que “gauderio” o “camilucho”, designaba, por entonces, al hombre rural de nuestras pampas, el que luego se llamaría “gaucho”. El autor del poema mencionado se llamaba: Juan Baltazar Maciel y era oriundo de Santa Fe, nacido el 8 de setiembre de 1727. Graduado de doctor en Teología y Derecho, se ordenó sacerdote. En 1772 fue nombrado rector de la Escuela de Gramática y en 1783, del Colegio de San Carlos; seis años antes había escrito el poema que nos ocupa, dedicado al progresista virrey Pedro Antonio de Cevallos, que gobernó estas tierras entre los años 1776 y 1777. Predecesores. A mediados del siglo siguiente comienzan a aparecer trabajos varios de este estilo, culminando con la mayor obra, que fue el: Martín Fierro, publicada en el año 1872, escrita por un poeta, periodista y soldado: José Hernández; nacido en el 10 de noviembre del año 1834, y fallecido en 1886; y que fuera completada en 1876 con una segunda parte: La Vuelta de Martín Fierro. Entre los predecesores a la obra que nos ocupa podemos mencionar a Hilario Ascasubi, nacido en la provincia de Córdoba en el año 1807, y fallecido en Buenos Aires en 1875, autor de: Paulino Lucero y Aniceto el Pollo, donde utiliza el lenguaje de las pampas; pero su mayor obra fue sin dudas: Santos Vega o Los Mellizos de La Flor, poema basado en el personaje homónimo, y un cuadro de la pampa y sus gauchos a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
(Texto extraído de "Pintando Estancias Gral. Madariaga")
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